HE ESPERADO DEMASIADO

HE ESPERADO DEMASIADO

lunes, 8 de octubre de 2012

UNA DESPEDIDA


Vuestro relato, está lleno de ternura, de continencia, de cordura y de conformismo con la realidad: Os felicito por el gran alma que tenéis  Con un grafismo real, he vivido cada momento de vuestro pesar y sufrimiento. Agradezco estas muestras tan coherentes de enfrentamiento de vitalidad y adiós.  Siento esta pérdida pero también siento esta grandeza de corazón y despedida. Ellos se van, descansan y nos observan ante la mirada atónita e inconsolable de los amos que tanto han hecho por salvarlos.
A veces no puede ser, aunque todo el empeño supere la ficción y llene de aflicción.  


DE GALGOLEKU
PERDI Y ELSA


Gema y Julián han tenido un duro año, en el que han perdido sus dos compañeros de viaje, Elsa y Perdi. Han luchado por ellos y los han cuidado hasta la extenuación y nosotros queremos agradecerles desde aquí ese cariño y dedicación, no imaginamos mejor compañía para estos perritos que vosotros, no pudieron tener mejores papis y ellos estarán velando por vosotros allí donde estén. Os dejamos con las palabras de esta pareja, que nos han roto por dentro por el dolor que ellos nos trasmiten por una pérdida tan grande:
“Hola, somos Gema y Julián, disculpad que no hayamos contactado con vosotros antes (creo que Sara ya os lo adelantó) para daros tan tristes noticias, pero la verdad que nos cuesta mucho recordar la que creo que es la peor de las suertes posibles que hemos podido tener con nuestros dos queridísimos compañeros, Elsa y Perdi (Perdigón).
Ha sido un año de auténtica locura, con los dos muy muy enfermitos, primero justo hace un año Perdi con una insuficiencia renal crónica muy grave de la que poco a poco mejoró hasta quedar prácticamente controlada pero que escondía/incubaba otra fatal enfermedad que no dió síntomas ni positivo en la prueba inicial, y Elsa que desde noviembre sufrió una cruel y durísima enfermedad con episodios de ceguera, ataxia, tetraparexias, anorexia y varios problemas adicionales que tras varios veterinarios, resonancias, todo tipo de pruebas, viajes etc etc, no quedó determinada. ¿Meningitis, tumor cerebral…? El caso es que el 2 de Julio nuestra queridísima Elsa nos abandonó para siempre con apenas 4 añitos.
Poquito después nuestro grandullón Perdi, empezó a empeorar drásticamente de nuevo, sus niveles de creatinina y urea se dispararon y ya no bajaron con ninguna medicación ni suero ni nada. Había empezado a dejar de comer el pienso especial que comió durante todo ese tiempo, y sólo comía la que le preparábamos nosotros. Nos recomendaron hacerle una prueba de leishmania y esta vez dió positivo, pero ya era tarde. Comenzamos el tratamiento y apenas 15 días después nuevamente tuvimos que tomar la misma decisión: no dejar que siguiera pasando un calvario que le mantenía absolutamente postrado en su cama, sin fuerzas para andar, sin comer ya ni siquiera su comida preferida, abandonado a su fatal desenlace. El día 26 de septiembre nuevamente tuvimos que despedirnos para siempre.
Hablar de ellos es difícil y recordarlos lo es aún más. Elsa fué un torbellino lleno de vitalidad, de una nobleza y un cariño absolutamente inabarcables y que hasta el último segundo de su vida, y a pesar de lo grave de su estado, jamás dejó de jugar, de hacer travesuras y de seguirnos por toda la casa incluso a rastras con tal de estar cerca nuestro. Cada vez que la limpiábamos o la bañábamos durante su enfermedad era tal la profundidad de la mirada de incomprensión a la vez que de agradecimiento y de amor de sus azúles ojos, que te partía el alma sin consuelo. Y Perdí.. el ser más bueno, equilibrado, cariñoso y tranquilo de cuantos hemos podido conocer. Verle correr, jugar con Elsa o simplemente disfrutar de su alegría cada vez que cogíamos la correa para bajar a la calle, ha sido una de las experiencias más gratificantes de nuestra vida. Su paso por ella nos ha marcado para siempre pese a lo breve de la misma, pero creemos haber sido suficientemente felices todos juntos y sólo podemos estar agradecidos de haberlos disfrutado y compartido maravillosos momentos.

Durante todo el tiempo de la enfermedad de Elsa, Perdi se comportó con una dulzura y un cariño con ella dignos de ver. Cada vez que se producía cualquier crisis se quitaba de en medio, y con esos ojos de color miel parecía decirnos como podía hacer para ayudar. Cada uno tenía su cama pero Elsa siempre buscaba la compañía de Perdi quien sólo mostraba comprensión y equilibrio para ella. Se que es científicamente imposible, pero diría que Perdi esperó a enfermar definitivamente una vez que Elsa se hubo marchado.
Ahora mismo necesitamos un poco de descanso, ya que nuestros nervios…. Llegar a casa después de faltar unas horas se convertía en una angustia axfisiante día tras día, ya que no sabíamos lo que nos podíamos encontrar. Un año de turnos en casa para evitar que estuvieran solos el mínimo tiempo, de cuidados, de veterinarios, de incertidumbre y de lucha.
Pero aún con todo, no nos vamos a rendir. Ver felices a estos animalitos es la sensación más pura y linda que se puede vivir. Así qué Blues, Emir, Tingui y tantos otros, sólo es cuestión de tiempo porque Perdi así nos lo enseñó.
Elsa y Perdi, donde quiera que estéis, jamás os olvidaremos.“







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