HE ESPERADO DEMASIADO

HE ESPERADO DEMASIADO

martes, 14 de agosto de 2012

YO TULLIDO, TU MI AMIGO


Uno cree que ha visto todo en el mundo animal. Sin embargo todos los dias vemos momentos de superaciones impensables.
Una mano tullida, una oreja cortada con tijeras, una pata amputada. Una herida incisa profunda.

Todos nos sorprenden y admiramos las ganas de vivir de estos seres que llamados irracionales, superan con creces los sentimientos y condicionantes humanos.

Casi cuando la punzada o un desgarro de dolor llega a nosotros en forma de foto o historia, nuestros amigos siguen  luchando, sin temor, sin fuerzas, sin quejas. Adaptándose a su cruel vida de perrito tullido, de gatito sin garras, de animal herido.

Entre ellos no existe el resentimiento, no existe la envidia o los celos infundados. Admiten el dolor y la pena cuando nosotros impensablemente y razonando, creemos esta imposibilidad como verdadera.
Vemos situaciones imposibles, casi en la certeza, que no lo superarían. Pero la sorpresa, es que ellos sin Fé, sin oraciones, sin un dios al que encomendarse, vuelven a saltar a nuestros brazos lamiendo con dulzura nuestra manos.

El rescatador ha llegado, el adoptante, el amigo invisible, está alli y con ellos colmándoles del que va a ser un amor incondicional para el animal
No fallemos a aquel que sin posibilidades, nos brinda una lección de humildad, llena de esperanza y aprendizaje. Se puede. Ellos pueden Nosotros podemos.
Juntos, sin rencores de vidas pasadas, sin temor al enfrentamiento nuevo de una vida sin algo con lo que nació y creció nuestro amigo sonrie feliz y seguro.

Gracias a todos los que hacen posible que situaciones duras e imposibles sean la realidad que nunca quisieramos ver ni repetir.
Amado tullido, nuestras vidas cambian y contigo aprendemos que el dolor fisico y el dolor del abandono han hecho que la historia imposible sea una realidad juntos y amarrados en la vida.
E.N

1 comentario:

  1. Me ha hecho llorar. Me gustaría tener su actitud, su valor, su energía, su vitalidad para superar las adversidades y los golpes de la vida. De verdad admiro a los animales, pero sobre todo a los perros. ¡Qué regalo tan maravilloso nos ha dado nuestro amoroso Creador! Y pensar que no lo valoramos, que lo damos por sentado y nos creemos dueños y señores de hacer con esta maravillosa creación lo que se nos antoje. ¡Qué imbéciles somos! ¡Qué desalmados e irracionales! Y después decimos que los irracionales son ellos. Muchas gracias por hacernos un poco más sensibles.
    Laura

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