HE ESPERADO DEMASIADO

HE ESPERADO DEMASIADO

lunes, 30 de septiembre de 2013



Te lo voy a contar otra vez pequeño:
Te vi en una foto en la que pedian auxilio porque ibas a ser sacrificado en dos dias. 
Llegaste un dia soleado y este presagiaba tu dulce encuentro.
Me viste desde lejos y corriste a darme un abrazo con empujón incluido.
Venias oliendo a perrera, sucio, con un color amarillento que no hacia justicia al blanco de tus lanitas.
Te examiné y vi tus ojos color verde que brillaban como dos luceros escondidos entre aquella maraña que pelos.
Me seguiste feliz, conformado, lleno de alegría y dando saltitos breves con tu correa reutilizada y el arnés que traías dándote la vuelta al cuerpo porque estabas muy delgadito.
Bebiste 100 vasos de agua metiendo el hocico hasta el final como si nunca hubieras visto un cuenco lleno para ti. Comiste como un león absorbiendo y aspirando como si te faltaran los dientes. Luego fuiste al suelo y escarbaste para acomodarte, pero yo te puse un colchon y te dije -ponte ahí chiquitin-
No comprendias que era un mullido, estirado, limpio y suave colchoncito porque viviste en el duro suelo tanto mojado, sediento, como hambriento. No hubo nadie que velara tu sueño y mientras dormitabas hacias ruiditos y ladridos como si soñaras con fantasmas que te perseguían. Asi que te coloqué y se que tus costillas agradecieron el contacto de algo que no conocias: la blandura.
Habias estado con algunos seres, llamados humanos que te habian dado patadas, tirado piedras y dejado en un cobertizo junto a tu hermanita ya que nacisteis sin que nadie se diera cuenta que mamá estaba preñada.
Odias los uniformes, las bicicletas, los niños de 70 cm, los ancianos, los paraguas, las botas, los palos, las ruedas, las patadas y ademanes violentos, los gritos, las carreras…. Mi amor, todo eso te habia pasado a ti, pequeño peludo blanquito y empezamos a entender el sitio horrible en el que habias estado antes de la perrera donde te salieron los dientes mordiendo los barrotes verticales que te hacian daño porque te dolian aquellas agujas saliendo por tus encias y sin nada que morder, solo el miedo.
Ahora entendemos quien y que clase de personas te lastimaron, porque fueron varios. Tú, bolita blanca al que no tuvieron reparo en abandonar en una perrera sin futuro y esperando una fecha para acabar con tu vida.
Asi que mi amor, te vi, y me enamoré de ti, y te pedi y llegaste in extremis, sacado por una puerta de la mano de un voluntario que te llevaba a la LIBERTAD.

Desde entonces no dejas de mover ese rabito plumero acompasando tus saltos y carreras. Ya han pasado tus dias de cachorrez veraniega en una odiosa y malolienta jaula siendo este tu primer verano donde el agua limpia y su inmensidad, han mitigado tu sed y donde has nadado, chapoteado y refrescado como si fueras un pescado no perdiendo ni un segundo porque tenias que recuperar tu tiempo de enjaulado, preso y hambriento.
Estas a salvo, ¿ves? Te contaré esta historia cuantas veces quieras, serenándote, reconfortando tu ligera alma de perrito abandonado y agarrando tu cabecita y acariciando tus recuerdos que poco a poco van desapareciendo mientras te cuento una y otra vez como llegaste a mi vida y cambiaste ese invierno de triste a alegre e ilusionante dia a dia solo por ti. E. N.